Kim Chi-ha

Kim Ji-ha de su primera recopilación de poemas La Tierra amarilla a su colección de poesía lírica Mirando el campo estrellado, ha mostrado una gran variedad literaria, incluyendo poemas líricos y narrativos, baladas, teatro y prosa. Sus obras cubren toda la gama del pensamiento religioso y filosófico coreano, desde la tradición donghak a la católica, jeungsangyo, budista avatamska, zen y maitreya.1 La mayoría de sus poemas también presentan críticas satíricas de la sociedad. En «La Tierra amarilla» y «Con una sed ardiente», el poeta ofrece una mordaz diatriba de la sociedad a través de la poesía lírica. En baladas como «Los cinco bandidos» (Ojeok) y «Rumores sin fundamento», usa el ritmo del pansori y en ocasiones caracteres chinos poco conocidos para satirizar la corrupción de la gente en el poder. El ritmo del pansori está presente de nuevo en Una nube de lluvia en estos días de sequía, una colección de poemas narrativos que analizan la vida y la muerte de Choi Jeu. Comparado con sus obras anteriores, Ama a tu vecino se centra de forma más directa en la idea de amor romántico, lo que supone un punto de inflexión en la temática del poeta. Mirando el campo estrellado y La agonía del centro reflejan este cambio de temática en su contenido lírico y el intento de relacionarlo con el monólogo interior. Estas obras también tiene un fuerte trasfondo de romanticismo, pues se centra más en la conexión con la naturaleza en vez de en su descontento con la sociedad. Su poesía de los años ochenta sufrió otra transformación. Distanciándose de la lucha del movimiento obrero dominante por aquella época, fue capaz de desarrollar una nueva perspectiva de la vida.1 En su obra de teatro El Jesús con su corona de oro,4 un leproso, la casta más despreciada de Corea, se encuentra con Jesús en prisión. Jesús le dice que lo ayudará a liberarse. Al ayudar al pobre, su corona de oro desaparece y sus labios pueden moverse de nuevo.