Agotado

Ciudad de seda

Autor: Quirarte, Vicente Quirarte, Vicente

ISBN: 9786070018534

Editorial: BONOBOS EDITORES

Edición: 2009



$255

Vicente Quirarte Castañeda, nació en la Ciudad de México el 19 de julio de 1954. Obtuvo la licenciatura en lengua y literatura hispánicas (1982) y la maestría y el doctorado en letras mexicanas (1989 y 1998) en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Sus inicios en el mundo de las letras se dio en la preparatoria, motivada por dos premios, ya que en 1971, cuando estaba en segundo año, se cumplieron 50 años de la muerte de Ramón López Velarde y de la publicación de Suave Patria y la preparatoria organizó un concurso de poesía que el escritor ganó.

“Mis premios –describe de forma breve un texto publicado en el portal de la Academia Mexicana de la Lengua– fueron la obra completa de Carlos Pellicer publicada por la UNAM cuidada por Rubén Bonifaz Nuño; él era el director de la imprenta universitaria. El otro regalo fueron las obras completas de Juan Díaz Covarrubias preparadas por Clementina Díaz y de Ovando.”

Vicente Quirarte ha impartido cursos y conferencias en universidades de México, Francia, Canadá, Colombia y Estados Unidos. Además de clases de literatura mexicana y latinoamericana, y de teoría y crítica literaria en la Escuela Nacional de Estudios Profesionales de Acatlán, en la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. También ha sido profesor visitante en el Austin College, Texas.

Fuera del ámbito universitario, ha coordinado talleres de narrativa y poesía, y cursos especializados en diversos centros culturales del Instituto Nacional de Bellas Artes, el Palacio de Minería, el Museo Nacional de Arte, la Pinoteca Virreinal y el Centro Cultural Santo Domingo, así como en otras instituciones; la Casa Jesús Reyes Heroles y el Instituto Cultural Helénico.

De 1979 a 1980 fue becario del Instituto Nacional de Bellas Artes y dentro de la investigación universitaria, ha sido miembro del Consejo Divisional de la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco y del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM.

Ha sido miembro de la Comisión Consultiva del Conaculta, director general de Publicaciones de la UNAM; fundador de la colección El Ala del Tigre; fundador y miembro del Consejo de Redacción de Sin Embargo; miembro del Consejo de Redacción de Vaso Comunicante y secretario de redacción de Revista Universidad de México.
También ha sido investigador del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM. Llegó a dirigir, además, el Instituto de Investigaciones Bibliográficas y la Biblioteca Nacional de México.

Desde el 19 de junio de 2003 es miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y de 2003 a 2011 ocupó el cargo de bibliotecario-archivero y desde 2009 es miembro de la Comisión de Consultas de esta institución.
De acuerdo al escritor francés Frédéric-Yves Jeannet en su texto Vicente Quirarte en el corazón sonoro de las cosas, publicado en El amor que destruye lo que inventa e Historias de la historia, editado por el Conaculta en 1995, el trabajo de Vicente Quirarte destaca tanto por la coherencia de las obsesiones que lo alimentan como por la diversidad de campos y géneros explorados.

“La escritura de Vicente Quirarte pertenece a diversos géneros, aunque en casi todos los casos se rebase la definición genérica inicial de los textos; los cuentos pueden oscilar entre narración y ensayo, y los ensayos a menudo se convierten en poemas o relatos.

“El conjunto –lo que suele llamarse ‘obra’– ocupa un sitio aparte, que no corresponde estrictamente a los perfiles de su generación, recobra de esta manera una función esencial del escritor: la de analizar, en un esfuerzo de lucidez y serenidad, una realidad que cobra múltiples formas y avatares”.

El escritor francés destaca también que toda la obra de Vicente Quirarte está imantada por dos polos biográficos que determinaron su vocación: el ensayo y la historia, esta última legado de su padre, el historiador Martín Quirarte.

En sus ensayos y estudios, plenos de búsqueda biográfica e histórica, predomina el interés por los poetas mexicanos y por la Ciudad de México, como recinto cultural y, posiblemente, como personaje literario, de ahí textos como Enseres para sobrevivir en la ciudad (1994) y Elogio de la calle. Biografía literaria de la Ciudad de México 1850-1992, editada en 2001 por Ediciones Cal y Arena.

Este último libro trata –de acuerdo con la introducción escrita por el propio Vicente Quirarte– acerca de lo que la literatura retrata de todo lo que sucede en la Ciudad de México y lo que provoca en la vida y/o la obra de los escritores que más la han gozado y padecido.

“No de lo que ocurre en la ciudad, porque cuanto realizamos en ella tiene que ver con el todo o las partes de la urbe, desde el uso pragmático y cotidiano que colectivamente hacemos de su cuerpo, hasta el del caminante solitario que ha renunciado a los favores del mundo y, aún en su soberbia, ejerce a su modo la ciudad.
“Sino cómo el escenario que nativos y ajenos llaman Ciudad de México, donde cada uno de sus actores desempeña su parte. Como un espacio para la concentración del poderío económico, social y cultural de una comunidad, la macrópolis que fortalece el anonimato y empobrece la convivencia pero a cambio hace crecer el corazón del poeta maldito, blinda el de los hombres del alba y colectiviza el de los descarriados ante el común desastre”.

Vicente Quirarte es autor de ensayos sobre la obra poética de Luis Cernuda, retratada en La poética del hombre dividido en la obra de Luis Cernuda (1985); la obra del grupo de los Contemporáneos, particularmente la de Gilberto Owen, que le interesa por su poética mitológica, la cual plasma en Perderse para reencontrarse: Bitácora de contemporáneos (1985) y en El azogue y la granada: Gilberto Owen en su discurso amoroso (1990).

Además es estudioso de la obra de los poetas mexicanos como Octavio Paz, Jaime Sabines, Efraín Huerta, José Emilio Pacheco y Rubén Bonifaz Nuño que retrató en Peces del aire altísimo (1993)

Como poeta, le obsesiona la página en blanco a la que se enfrenta todo escritor, eso lo expone en Vencer a la blancura (1982); la recreación lírica amorosa en documentos históricos, por eso hizo Fra Filippo Lippi: Cancionero de Lucrezia Buti (1982) o El cuaderno de Aníbal Egea; además del apunte de viaje cultivado como poema, reflejado en Bahía Magdalena (1984) o Nuevos viajes extraordinarios, editado en 2004 por el Gobierno del Estado de Puebla y Editorial Colibrí.

De acuerdo con la presentación realizada por Vicente Quirarte, Nuevos viajes extraordinarios, es un homenaje a Julio Verne y una osadía que encuentra su atenuante en la convicción de que todo viaje es una apuesta del alma y los sentidos.

“Es una invitación a realizar viajes alrededor de la alcoba; viajes alrededor de objetos o seres elementales y prodigiosos, que hacen del mundo un sito más habitable; viajes que nos abren los ojos y nos maravillan con mundos a veces lejanos, en ocasiones próximos, pero siempre con una visión perspicaz y singular capaz de ver las maravillas que podemos descubrir a cada paso, si nos atrevemos”.

El doctor en letras mexicanas ha escrito también narraciones de corte amoroso como El amor que destruye lo que inventa (1988) y ha mostrado su interés por la figura del vampiro como elemento cultural y literario, expresado en ensayos acerca del tema, un ejemplo es Sintaxis del vampiro. Una aproximación a su historia natural (1996) y el libro de poemas El ángel es vampiro por el que obtuvo en 1991 el Premio Xavier Villaurrutia.

Este último libro de acuerdo a Frédéric-Yves Jeannet “es una larga y lenta canción de la desdicha. Una cosa que algunos poetas como Vicente logran tocarla sin poder definirla, porque tiene algo que ver con el dolor, la muerte, la locura, lo finito y lo infinito: la poesía”.

Y desde hace más de cinco años, a través de sus textos también ha rendido homenaje a las personas más entrañables para él, por ejemplo, su padre y sus maestros, esto a través de libros como Los días del maestro (2008) y La invencible (2012).

En Los días del maestro, editado en 2008 por la Dirección General de Publicaciones del Conaculta, Vicente Quirarte realiza un homenaje a quienes “saben o enseñan cualquier arte o ciencia, a quienes consagran su existencia a un oficio tan hondo como menospreciado, porque son seres humanos defectuosos y entrañables que se vuelven dignos de nuestra adhesión o nuestro cuestionamiento.

“Los retratos que forman esta galería –narra el autor en la presentación del libro– son de maestros que me han enseñado lo que mejor me ha defendido: el lado luminoso de la fuerza, la lealtad a la belleza y la alegría, todas verdades femeninas. La mayor parte de mis maestros que aquí aparecen ha hecho del salón de clase su trinchera; otros han ejercido su magisterio en diversos ámbitos y sin proponérselo, siempre con pasión, sin restricciones.”

La invencible, editado por Joaquín Mortiz, señala el autor, es una suerte de autobiografía y ensayo, al mismo tiempo que revela esta y otras facetas de su vida, además de dos suicidios: el de su padre Martín Quirarte, historiador y profesor, y el de su hermano; la forma en que aún pervive la sombra de su padre en su poesía; la pasión por los libros y la relación entre escritura, vida y muerte.

“Es un libro muy personal, con constantes reflexiones; la carrera como una forma de tributo a mi padre, porque fue un gran caminador. Esa pasión que tuvo por las ciudades, pues también nos la heredó, ya que a mí me gusta particularmente conocer las ciudades y correrlas, porque es como hacerles el amor de otra forma.

“Es un libro personal que espero pueda servir a los otros y pueda provocar una serie de reacciones que vayan más allá de mi propio dolor o de mi propia forma de ver la realidad’.

Y finalmente su pieza teatral El fantasma del hotel Alsace (2001) (inspirada en los últimos días de Oscar Wilde). Además de que preparó la selección y prólogo de la antología de Ignacio Manuel Altamirano para la colección Los Imprescindibles publicada por Cal y Arena.

A estos trabajos se añade la publicación de ensayos, reseñas, poesía y traducciones en los principales suplementos culturales, diarios y revistas literarias de la Ciudad de México; Revista Mexicana de Cultura, Sábado, La Cultura en México, La Jornada Semanal, Unomasuno, El Nacional, Tierra Adentro, Universidad de México, Sin Embargo y Casa del Tiempo.

Como académico y escritor Vicente Quirarte ha obtenido numerosas distinciones y premios literarios, entre los que destacan: Premio Nacional de Poesía Joven de México Elías Nandino (1979) por Vencer a la blancura, la Medalla Gabino Barreda 1989 para estudios de posgrado. El Premio Nacional de Ensayo Literario José Revueltas (1990) por El azogue y la granada: Gilberto Owen en su discurso amoroso.

El Premio Xavier Villaurrutia (1991) por El ángel es vampiro, la Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos en el área de Creación Artística y Extensión de la Cultura (1994), el Premio Sergio Magaña 2000 y el Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde 2011 y el Premio Universidad Nacional 2012 en la categoría Creación Artística y Extensión de la Cultura.

Sin existencias

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Leer una ciudad o una mujer es un acto de amor y conocimiento. Criatura cambiante e imprevista, letal y dadivosa, al descifrar sus signos no sabemos si llegaremos a saberla, cuestionarla, rechazarla. O amarla contra todo. La ciudad como gran casa. La casa como pequeña ciudad, según el arquitecto renacentista Leone Batista Alberti. En nuestras acciones más humildes, somos el héroe anónimo que la consagra, eleva y dignifica. Vivir la ciudad es defenderla. Leerla es conservarla. Al igual que en sus libros anteriores, Vicente Quirarte explora la ciudad que es mujer y la mujer que es ciudad. Los fragmentos de su discurso amoroso describen las distintas etapas del deslumbramiento y la conquista: la permanencia de la pasión y la necesidad de cantar y celebrar en medio del desastre.

9786070018534

Vicente Quirarte Castañeda, nació en la Ciudad de México el 19 de julio de 1954. Obtuvo la licenciatura en lengua y literatura hispánicas (1982) y la maestría y el doctorado en letras mexicanas (1989 y 1998) en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Sus inicios en el mundo de las letras se dio en la preparatoria, motivada por dos premios, ya que en 1971, cuando estaba en segundo año, se cumplieron 50 años de la muerte de Ramón López Velarde y de la publicación de Suave Patria y la preparatoria organizó un concurso de poesía que el escritor ganó. “Mis premios –describe de forma breve un texto publicado en el portal de la Academia Mexicana de la Lengua– fueron la obra completa de Carlos Pellicer publicada por la UNAM cuidada por Rubén Bonifaz Nuño; él era el director de la imprenta universitaria. El otro regalo fueron las obras completas de Juan Díaz Covarrubias preparadas por Clementina Díaz y de Ovando.” Vicente Quirarte ha impartido cursos y conferencias en universidades de México, Francia, Canadá, Colombia y Estados Unidos. Además de clases de literatura mexicana y latinoamericana, y de teoría y crítica literaria en la Escuela Nacional de Estudios Profesionales de Acatlán, en la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. También ha sido profesor visitante en el Austin College, Texas. Fuera del ámbito universitario, ha coordinado talleres de narrativa y poesía, y cursos especializados en diversos centros culturales del Instituto Nacional de Bellas Artes, el Palacio de Minería, el Museo Nacional de Arte, la Pinoteca Virreinal y el Centro Cultural Santo Domingo, así como en otras instituciones; la Casa Jesús Reyes Heroles y el Instituto Cultural Helénico. De 1979 a 1980 fue becario del Instituto Nacional de Bellas Artes y dentro de la investigación universitaria, ha sido miembro del Consejo Divisional de la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco y del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM. Ha sido miembro de la Comisión Consultiva del Conaculta, director general de Publicaciones de la UNAM; fundador de la colección El Ala del Tigre; fundador y miembro del Consejo de Redacción de Sin Embargo; miembro del Consejo de Redacción de Vaso Comunicante y secretario de redacción de Revista Universidad de México. También ha sido investigador del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM. Llegó a dirigir, además, el Instituto de Investigaciones Bibliográficas y la Biblioteca Nacional de México. Desde el 19 de junio de 2003 es miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y de 2003 a 2011 ocupó el cargo de bibliotecario-archivero y desde 2009 es miembro de la Comisión de Consultas de esta institución. De acuerdo al escritor francés Frédéric-Yves Jeannet en su texto Vicente Quirarte en el corazón sonoro de las cosas, publicado en El amor que destruye lo que inventa e Historias de la historia, editado por el Conaculta en 1995, el trabajo de Vicente Quirarte destaca tanto por la coherencia de las obsesiones que lo alimentan como por la diversidad de campos y géneros explorados. “La escritura de Vicente Quirarte pertenece a diversos géneros, aunque en casi todos los casos se rebase la definición genérica inicial de los textos; los cuentos pueden oscilar entre narración y ensayo, y los ensayos a menudo se convierten en poemas o relatos. “El conjunto –lo que suele llamarse ‘obra’– ocupa un sitio aparte, que no corresponde estrictamente a los perfiles de su generación, recobra de esta manera una función esencial del escritor: la de analizar, en un esfuerzo de lucidez y serenidad, una realidad que cobra múltiples formas y avatares”. El escritor francés destaca también que toda la obra de Vicente Quirarte está imantada por dos polos biográficos que determinaron su vocación: el ensayo y la historia, esta última legado de su padre, el historiador Martín Quirarte. En sus ensayos y estudios, plenos de búsqueda biográfica e histórica, predomina el interés por los poetas mexicanos y por la Ciudad de México, como recinto cultural y, posiblemente, como personaje literario, de ahí textos como Enseres para sobrevivir en la ciudad (1994) y Elogio de la calle. Biografía literaria de la Ciudad de México 1850-1992, editada en 2001 por Ediciones Cal y Arena. Este último libro trata –de acuerdo con la introducción escrita por el propio Vicente Quirarte– acerca de lo que la literatura retrata de todo lo que sucede en la Ciudad de México y lo que provoca en la vida y/o la obra de los escritores que más la han gozado y padecido. “No de lo que ocurre en la ciudad, porque cuanto realizamos en ella tiene que ver con el todo o las partes de la urbe, desde el uso pragmático y cotidiano que colectivamente hacemos de su cuerpo, hasta el del caminante solitario que ha renunciado a los favores del mundo y, aún en su soberbia, ejerce a su modo la ciudad. “Sino cómo el escenario que nativos y ajenos llaman Ciudad de México, donde cada uno de sus actores desempeña su parte. Como un espacio para la concentración del poderío económico, social y cultural de una comunidad, la macrópolis que fortalece el anonimato y empobrece la convivencia pero a cambio hace crecer el corazón del poeta maldito, blinda el de los hombres del alba y colectiviza el de los descarriados ante el común desastre”. Vicente Quirarte es autor de ensayos sobre la obra poética de Luis Cernuda, retratada en La poética del hombre dividido en la obra de Luis Cernuda (1985); la obra del grupo de los Contemporáneos, particularmente la de Gilberto Owen, que le interesa por su poética mitológica, la cual plasma en Perderse para reencontrarse: Bitácora de contemporáneos (1985) y en El azogue y la granada: Gilberto Owen en su discurso amoroso (1990). Además es estudioso de la obra de los poetas mexicanos como Octavio Paz, Jaime Sabines, Efraín Huerta, José Emilio Pacheco y Rubén Bonifaz Nuño que retrató en Peces del aire altísimo (1993) Como poeta, le obsesiona la página en blanco a la que se enfrenta todo escritor, eso lo expone en Vencer a la blancura (1982); la recreación lírica amorosa en documentos históricos, por eso hizo Fra Filippo Lippi: Cancionero de Lucrezia Buti (1982) o El cuaderno de Aníbal Egea; además del apunte de viaje cultivado como poema, reflejado en Bahía Magdalena (1984) o Nuevos viajes extraordinarios, editado en 2004 por el Gobierno del Estado de Puebla y Editorial Colibrí. De acuerdo con la presentación realizada por Vicente Quirarte, Nuevos viajes extraordinarios, es un homenaje a Julio Verne y una osadía que encuentra su atenuante en la convicción de que todo viaje es una apuesta del alma y los sentidos. “Es una invitación a realizar viajes alrededor de la alcoba; viajes alrededor de objetos o seres elementales y prodigiosos, que hacen del mundo un sito más habitable; viajes que nos abren los ojos y nos maravillan con mundos a veces lejanos, en ocasiones próximos, pero siempre con una visión perspicaz y singular capaz de ver las maravillas que podemos descubrir a cada paso, si nos atrevemos”. El doctor en letras mexicanas ha escrito también narraciones de corte amoroso como El amor que destruye lo que inventa (1988) y ha mostrado su interés por la figura del vampiro como elemento cultural y literario, expresado en ensayos acerca del tema, un ejemplo es Sintaxis del vampiro. Una aproximación a su historia natural (1996) y el libro de poemas El ángel es vampiro por el que obtuvo en 1991 el Premio Xavier Villaurrutia. Este último libro de acuerdo a Frédéric-Yves Jeannet “es una larga y lenta canción de la desdicha. Una cosa que algunos poetas como Vicente logran tocarla sin poder definirla, porque tiene algo que ver con el dolor, la muerte, la locura, lo finito y lo infinito: la poesía”. Y desde hace más de cinco años, a través de sus textos también ha rendido homenaje a las personas más entrañables para él, por ejemplo, su padre y sus maestros, esto a través de libros como Los días del maestro (2008) y La invencible (2012). En Los días del maestro, editado en 2008 por la Dirección General de Publicaciones del Conaculta, Vicente Quirarte realiza un homenaje a quienes “saben o enseñan cualquier arte o ciencia, a quienes consagran su existencia a un oficio tan hondo como menospreciado, porque son seres humanos defectuosos y entrañables que se vuelven dignos de nuestra adhesión o nuestro cuestionamiento. “Los retratos que forman esta galería –narra el autor en la presentación del libro– son de maestros que me han enseñado lo que mejor me ha defendido: el lado luminoso de la fuerza, la lealtad a la belleza y la alegría, todas verdades femeninas. La mayor parte de mis maestros que aquí aparecen ha hecho del salón de clase su trinchera; otros han ejercido su magisterio en diversos ámbitos y sin proponérselo, siempre con pasión, sin restricciones.” La invencible, editado por Joaquín Mortiz, señala el autor, es una suerte de autobiografía y ensayo, al mismo tiempo que revela esta y otras facetas de su vida, además de dos suicidios: el de su padre Martín Quirarte, historiador y profesor, y el de su hermano; la forma en que aún pervive la sombra de su padre en su poesía; la pasión por los libros y la relación entre escritura, vida y muerte. “Es un libro muy personal, con constantes reflexiones; la carrera como una forma de tributo a mi padre, porque fue un gran caminador. Esa pasión que tuvo por las ciudades, pues también nos la heredó, ya que a mí me gusta particularmente conocer las ciudades y correrlas, porque es como hacerles el amor de otra forma. “Es un libro personal que espero pueda servir a los otros y pueda provocar una serie de reacciones que vayan más allá de mi propio dolor o de mi propia forma de ver la realidad’. Y finalmente su pieza teatral El fantasma del hotel Alsace (2001) (inspirada en los últimos días de Oscar Wilde). Además de que preparó la selección y prólogo de la antología de Ignacio Manuel Altamirano para la colección Los Imprescindibles publicada por Cal y Arena. A estos trabajos se añade la publicación de ensayos, reseñas, poesía y traducciones en los principales suplementos culturales, diarios y revistas literarias de la Ciudad de México; Revista Mexicana de Cultura, Sábado, La Cultura en México, La Jornada Semanal, Unomasuno, El Nacional, Tierra Adentro, Universidad de México, Sin Embargo y Casa del Tiempo. Como académico y escritor Vicente Quirarte ha obtenido numerosas distinciones y premios literarios, entre los que destacan: Premio Nacional de Poesía Joven de México Elías Nandino (1979) por Vencer a la blancura, la Medalla Gabino Barreda 1989 para estudios de posgrado. El Premio Nacional de Ensayo Literario José Revueltas (1990) por El azogue y la granada: Gilberto Owen en su discurso amoroso. El Premio Xavier Villaurrutia (1991) por El ángel es vampiro, la Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos en el área de Creación Artística y Extensión de la Cultura (1994), el Premio Sergio Magaña 2000 y el Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde 2011 y el Premio Universidad Nacional 2012 en la categoría Creación Artística y Extensión de la Cultura.