Novedad

Paraiso pixel

Autor: Luquín, Álvaro Luquín, Álvaro

ISBN: 9786078532742

Editorial: Bonobos Editores

Edición: 2020



$180

Álvaro  Luquin
(Guadalajara. Jalisco, 1984), estudió artes audiovisuales y filosofía. Ha publicado los libros Praderas silenciosas (La Zonámbula, 2011), Blanco  sucio  (Filodecaballos, 2013), Panóptico (primer lugar de la Bienal de Literatura Hugo Gutiérrez Vega, Bonobos. 2015).Grandes distan­cias (Filodecaballos, 2017), Musulmán (Manosanta, 2018), Hubo fiestas (Cino­sargo,2020) y la antologia La gente es el peor invento del hombre (El viaje, 2016).  Ha sido  becario del  PECDA Jalisco y del Fonca.

Praderas silenciosas (2011) está compuesto de poemas muy breves, sin título (a excepción de la terca parte), que tienen como tema la blancura de la enfermedad y sus alrededores. Aséptica, la voz narra un estado de ánimo contagioso. Tres partes marcan la evolución del libro: «Sombras», «Sólo la luz, el silencio» y «Comportamiento (actual) de especies extrañas».

Blanco sucio (2013) se abre en la cubierta con una ilustración de León Plascencia Ñol, la cual deja entrever las manchas mentales que vimos con Vicente Quirarte, Cristina Rivera Garza, Alejandro Tarrab o Esther M. García a raíz del duelo, el dolor, el suicidio o la violencia. Este, a priori, oxímoron se estructura en cuatro partes o márgenes del historial clínico: «Miscelánea del trastorno», «Retrato de familia», «Fueron aquellos fenómenos» y «Sobrecalentamiento» (aunque el índice recoge esta última parte como «Curiosa tormenta»). Las costumbres y las nuevas tradiciones no son inmaculadas para el texto que va en contra del blanqueo moral. Destaca la crítica, no exenta de ironía: «Pero a veces ocurren “milagros”, / sobre todo en los manicomios» (24). El trastorno abarca distintas geografías y alteraciones de expresiones populares. La poética de Luquín se sostiene cada vez más por la fluidez y el diálogo intertextual.

Panóptico (2015) mereció el primer lugar de la Bienal de Literatura Joven Hugo Gutierrez Vega 2014. En tres secciones («Se forma en la habitación», «El contexto largas uñas» y «Un ejemplo de la jurisdicción») ofrece una panorámica particular de su universo literario. Al fin y al cabo, el poeta puede ver todo lo monstruoso que habita en la estética del lenguaje. El rostro se refleja en nuestros ojos fríos.
Paraiso Pixel. toma como punto de partida el ámbito de los videojuegos, práctica cultural amplísima que, por su diversidad y alcance, vincula a más de cincuenta millones de personas en México. Al tiempo que recorre ese universo de evidencias, en este Libro se teje uno de los proyectos más íntimos de Luquín.
Álvaro Luquín, de la mano de los también tapatíos Ricardo Castillo, Luis Vicente de Aguinaga o José Eugenio Sánchez, se acerca, irreverente, a la riqueza de la poesía mexicana contemporánea.

Hay existencias

Product Code: 9786078532742 SKU: 0082 Categoría: Etiqueta: GTIN: 9786078532742

Paraiso Pixel. de Alvaro Luqín, toma como punto de partida el ámbito de los videojuegos, práctica cultural amplísima que, por su diversidad y alcance, vincula a más de cincuenta millones de personas en México. Al tiempo que recorre ese universo de evidencias, en este Libro se teje uno de los proyectos más íntimos de Luquín.

Con un lenguaje que funda su tensión en lo breve y preciso, sus poemas emergen de una zona de experiencia en la cual ya no es posible -ni tampoco, necesario- distinguir entre la realidad tangible y la virtualidad en que eclosionan los mundos de los videojuegos. Poemas a su vez sobre poemas -si se admite el gen literario de los juegos de consola- sus versos revelan fisuras, grietas en la ilusión de controlar tiempo y lugar en los que somos sujetos. Pues justo en el vórtice en que confluyen vida y juego se abre la voz que predomina en este libro. Poemas como astillas de un itinerario en el que los videogames, como paraísos artificiales de la memoria catalizan una historia personal, que brota bajo el encanto dela reconciliación y la paranoia delo inconexo.

Así o hace patente la tercera sección de este libro, donde el vértice en que se unen persona y avatar, presente y pasado, los altera y disocia al proyectarlos en el flujo de pixeles de la pantalla; o mejor dicho, en las siluetas que refleja la pantalla; madre, padre e hijo con el control en la mano, en el soma redentor de lo virtual, en la aventura controlada, y no por ello menos violenta. que liberan por igual el código delos juegos y los versos. Al finales cuestión de pensar el final:

Cuando muera el personaje deberás decidir entre:

i.Reinicie la Misión La inmortalidad

ii. Vuelva al Punto de Control. Eltiempo recobrado.

DANIEL BENCOMO

9786078532742

Álvaro  Luquin (Guadalajara. Jalisco, 1984), estudió artes audiovisuales y filosofía. Ha publicado los libros Praderas silenciosas (La Zonámbula, 2011), Blanco  sucio  (Filodecaballos, 2013), Panóptico (primer lugar de la Bienal de Literatura Hugo Gutiérrez Vega, Bonobos. 2015).Grandes distan­cias (Filodecaballos, 2017), Musulmán (Manosanta, 2018), Hubo fiestas (Cino­sargo,2020) y la antologia La gente es el peor invento del hombre (El viaje, 2016).  Ha sido  becario del  PECDA Jalisco y del Fonca.

Praderas silenciosas (2011) está compuesto de poemas muy breves, sin título (a excepción de la terca parte), que tienen como tema la blancura de la enfermedad y sus alrededores. Aséptica, la voz narra un estado de ánimo contagioso. Tres partes marcan la evolución del libro: «Sombras», «Sólo la luz, el silencio» y «Comportamiento (actual) de especies extrañas». Blanco sucio (2013) se abre en la cubierta con una ilustración de León Plascencia Ñol, la cual deja entrever las manchas mentales que vimos con Vicente Quirarte, Cristina Rivera Garza, Alejandro Tarrab o Esther M. García a raíz del duelo, el dolor, el suicidio o la violencia. Este, a priori, oxímoron se estructura en cuatro partes o márgenes del historial clínico: «Miscelánea del trastorno», «Retrato de familia», «Fueron aquellos fenómenos» y «Sobrecalentamiento» (aunque el índice recoge esta última parte como «Curiosa tormenta»). Las costumbres y las nuevas tradiciones no son inmaculadas para el texto que va en contra del blanqueo moral. Destaca la crítica, no exenta de ironía: «Pero a veces ocurren “milagros”, / sobre todo en los manicomios» (24). El trastorno abarca distintas geografías y alteraciones de expresiones populares. La poética de Luquín se sostiene cada vez más por la fluidez y el diálogo intertextual. Panóptico (2015) mereció el primer lugar de la Bienal de Literatura Joven Hugo Gutierrez Vega 2014. En tres secciones («Se forma en la habitación», «El contexto largas uñas» y «Un ejemplo de la jurisdicción») ofrece una panorámica particular de su universo literario. Al fin y al cabo, el poeta puede ver todo lo monstruoso que habita en la estética del lenguaje. El rostro se refleja en nuestros ojos fríos. Paraiso Pixel. toma como punto de partida el ámbito de los videojuegos, práctica cultural amplísima que, por su diversidad y alcance, vincula a más de cincuenta millones de personas en México. Al tiempo que recorre ese universo de evidencias, en este Libro se teje uno de los proyectos más íntimos de Luquín. Álvaro Luquín, de la mano de los también tapatíos Ricardo Castillo, Luis Vicente de Aguinaga o José Eugenio Sánchez, se acerca, irreverente, a la riqueza de la poesía mexicana contemporánea.